El gasto relacionado con la COVID-19 ha terminado, pero la maquinaria de la pandemia está cambiando silenciosamente hacia la gripe aviar.
Jon Fleetwood – 27 de marzo de 2025.
«Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos recortarán las subvenciones para la investigación de la COVID-19, según un informe publicado el miércoles por Nature .
Tanto los NIH como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) están “cancelando miles de millones de dólares en fondos para investigaciones relacionadas con la pandemia de COVID-19”, según el informe.
Documentos internos de los NIH revelan que los fondos para la investigación de la COVID-19 “se emitieron con un propósito limitado: mitigar los efectos de la pandemia”.
“Ahora que la pandemia ha terminado, los fondos de las subvenciones ya no son necesarios”, dicen los documentos, aunque no está claro cuántas subvenciones para la COVID-19 se cancelarán.
El personal de la agencia ha recibido instrucciones actualizadas sobre cómo cerrar las subvenciones.
Nature señaló que los NIH del presidente Donald Trump ya han suspendido casi 400 subvenciones solo en el último mes.
Esto, a pesar de que fue la administración Trump la que lanzó la Operación Warp Speed y encabezó la respuesta a la pandemia más costosa en la historia de Estados Unidos, dando luz verde a una financiación sin precedentes para vacunas, tratamientos y vigilancia de la COVID-19.
Con casi el 2% del presupuesto de 47 mil millones de dólares de los NIH, la agencia ha otorgado subvenciones a casi 600 proyectos relacionados con la COVID-19, por un valor aproximado de 850 millones de dólares.
Por ejemplo, los NIH están cancelando un programa de 577 millones de dólares destinado a desarrollar medicamentos antivirales contra el coronavirus SARS-CoV-2 “y otros seis tipos de virus con potencial pandémico”.
Pero los CDC planean cancelar 11.400 millones de dólares en fondos destinados a la respuesta a la pandemia.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS), organización matriz de los NIH, declaró a Nature que “la pandemia de COVID-19 ha terminado y el HHS ya no malgastará miles de millones de dólares de los contribuyentes respondiendo a una pandemia inexistente que los estadounidenses superaron hace años”.
Documentos anteriores habían “instruido al personal para que identificara y, potencialmente, cancelara proyectos relacionados con poblaciones transgénero; identidad de género; diversidad, equidad e inclusión (DEI) en el personal científico; y justicia ambiental”.
Los NIH recibieron esta semana una guía actualizada dirigida a “los miembros del personal que supervisan el aspecto comercial de la concesión de subvenciones para la investigación, denominados ‘especialistas en gestión de subvenciones’”.
Ese documento incluye la COVID en una lista de “actividades de investigación que los NIH ya no apoyan”.
Determinados “especialistas en gestión de subvenciones” se encargarán de la finalización de los proyectos.
Esto se debe a que los miembros del personal científico de la agencia “son considerados demasiado parciales por la actual dirección de los NIH como para tomar estas decisiones”, dijo un funcionario de los NIH a Nature.
También se suprimirá la financiación para la investigación sobre China, la DEI, los llamados “temas transgénero”, la “reticencia a la vacunación”, así como las subvenciones relacionadas con el cambio climático y Sudáfrica.
Nature destaca que las “cancelaciones masivas de subvenciones” no tienen precedentes y señala que la agencia “normalmente cancela solo unas pocas docenas de proyectos al año en respuesta a serias preocupaciones sobre mala conducta o fraude en la investigación, y lo hace solo como último recurso, después de tomar otras medidas como la suspensión”.
El lunes, el secretario del HHS, Robert F. Kennedy Jr. (RFK Jr.), dijo que el departamento había crecido demasiado bajo la administración Biden mientras que los resultados de salud de los estadounidenses empeoraban.
“Durante la administración Biden, el presupuesto del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) aumentó un 38 % y la plantilla un 17 %, pero los resultados en materia de salud pública empeoraron”, afirmó . “Estamos comprometidos a que nuestras agencias de salud recuperen su tradición de excelencia en la ciencia basada en la evidencia, mediante una mayor eficiencia y rendición de cuentas”.
Pero si bien el gobierno está reduciendo públicamente el gasto de la era del COVID, entre bastidores está reacondicionando discretamente la misma infraestructura para la próxima crisis.
La COVID-19 ha terminado, pero el complejo de bioseguridad contra la gripe aviar se intensifica bajo el mandato de Trump.
Aunque el fin de la investigación federal sobre la COVID-19 se ha demorado demasiado, el despliegue simultáneo por parte del gobierno de Trump de una respuesta a la pandemia de gripe aviar resulta inquietantemente familiar.
A pesar de haber declarado que la emergencia por COVID «ha terminado», el Departamento de Agricultura de Trump acaba de prometer 100 millones de dólares para la investigación de vacunas contra la gripe aviar, tratamientos y medidas de bioseguridad; un esfuerzo que involucra a las mismas agencias que supervisaron la desastrosa respuesta a la COVID: HHS, CDC, NIH y FDA.
Y al igual que con la COVID, el gobierno federal no solo se está preparando para una amenaza, sino que la está creando activamente.
El USDA ha estado realizando experimentos de ganancia de función en supuestos patógenos de la gripe aviar, haciéndolos más infecciosos y mortales.
Se trata del mismo tipo de experimentos que precedieron al brote de COVID durante el primer mandato de Trump, así como de anteriores pruebas de guerra biológica como la Operación Big Buzz y la Operación Sea-Spray, en las que agencias estadounidenses liberaron patógenos de forma encubierta sobre la población.
Mientras el equipo de Trump va reduciendo el gasto en subvenciones de la era de la pandemia, parece estar sustituyendo una crisis fabricada por otra.
La administración incluso otorgó exenciones a los CDC y a la FDA para que continuaran coordinando con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la estrategia contra la gripe aviar, a pesar de la propia orden ejecutiva de Trump de retirarse del organismo mundial.
Según STAT News, ambas agencias “participaron activamente” en las reuniones de la OMS de este año para seleccionar las cepas para la próxima vacuna contra la gripe, trabajando junto con el Centro Mundial de la Gripe Crick en Londres.
Esta no es una respuesta pasiva ante un posible brote.
Está coordinado, es global y ya está sucediendo.
En diciembre, Trump respaldó un proyecto de ley de gastos provisional que incluía una enorme autoridad de financiación para biolaboratorios, vacunas contra la pandemia y poderes sanitarios de emergencia; otra estrategia, según los críticos, para que el gobierno abuse de su poder.
El proyecto de ley provisional de este mes hace lo mismo.
Lo que resulta aún más revelador: aunque el equipo de Trump propuso una orden ejecutiva para suspender la investigación letal sobre la ganancia de función, según se informa, la orden eximiría a la gripe aviar.
Esto se produce tras la Orden Ejecutiva 13887 de Trump de 2019, que facultó al Pentágono y a una docena de otras agencias federales para crear un amplio Grupo de Trabajo Nacional sobre la Vacuna contra la Influenza, sentando las bases para la postura agresiva actual frente a la influenza aviar (gripe aviar).
Si acabar con el gasto superfluo en la lucha contra la COVID-19 es un logro, la sustitución silenciosa de ese mecanismo por un programa contra la gripe aún más coordinado y con participación militar debería ser una señal de alarma.
¿Está Trump realmente limpiando el pantano de la extralimitación durante la pandemia, o está construyendo silenciosamente el siguiente?»
